lunes, 16 de noviembre de 2015
jueves, 29 de octubre de 2015
Las ONCE reglas de Bill Gates.
El que ha vuelto a ser el hombre más rico del mundo después de que Amancio Ortega que arrebatase el título por unas horas, tiene mucho que enseñar a las nuevas generaciones. Por eso, la revista Forbes ha recopilado las once reglas de Bill Gates más útiles para los jóvenes que quieran triunfar en su vida profesional.
- Regla uno: "La vida no es justa, acostúmbrate a ello".
- Regla dos: "Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo".
- Regla tres: "No ganarás más de 3.000 euros mensuales nada más salir de la universidad y no serás vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros".
- Regla cuatro: "Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida".
- Regla cinco: "Dedicarse a freír hamburguesas no te quita la dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: lo llamaban oportunidad".
- Regla seis: "Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no te lamentes por tus errores; aprende de ellos".
- Regla siete: "Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como lo son ahora. Ellos empezaron a serlo al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de tus problemas. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación".
- Regla ocho: "En el colegio puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las respuestas que necesitas para resolver correctamente un examen y facilidades para que tus responsabilidades sean cada vez menores. Eso no tiene nada que ver con la vida real".
- Regla nueve: "La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre".
- Regla diez: "La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar".
- Regla once: "Sé amable con los nerds (los más aplicados de tu clase). Existen muchas posibilidades de que termines trabajando para uno de ellos".
- Regla uno: "La vida no es justa, acostúmbrate a ello".
- Regla dos: "Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo".
- Regla tres: "No ganarás más de 3.000 euros mensuales nada más salir de la universidad y no serás vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros".
- Regla cuatro: "Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida".
- Regla cinco: "Dedicarse a freír hamburguesas no te quita la dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: lo llamaban oportunidad".
- Regla seis: "Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no te lamentes por tus errores; aprende de ellos".
- Regla siete: "Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como lo son ahora. Ellos empezaron a serlo al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de tus problemas. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación".
- Regla ocho: "En el colegio puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las respuestas que necesitas para resolver correctamente un examen y facilidades para que tus responsabilidades sean cada vez menores. Eso no tiene nada que ver con la vida real".
- Regla nueve: "La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre".
- Regla diez: "La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar".
- Regla once: "Sé amable con los nerds (los más aplicados de tu clase). Existen muchas posibilidades de que termines trabajando para uno de ellos".
viernes, 16 de octubre de 2015
miércoles, 7 de octubre de 2015
martes, 6 de octubre de 2015
A VUELTAS CON EL PARO. Santiago Niño Becerra.
Vamos a ver si acotamos las cosas en su justa medida en relación a la tasa de desempleo de Septiembre.
De entrada una puntualización: la publicada es la tasa de desempleo registrado, es decir de las personas sin trabajo apuntadas en el SEPE, el Servicio Público de Empleo Estatal, y muchas de las personas que se inscriben lo hacen porque estar inscritas es condición sine qua non para percibir alguna contraprestación económica, razón por la que al finalizar el período de percepción dejan de renovar su registro y salen de las estadísticas del desempleo registrado, cosa que no sucede con la Encuesta de la Población Activa, la EPA. (El número de personas desempleadas que en España encuentra trabajo a través del SEPE es ridículo en comparación con Francia, y ello es debido a los recursos con los que el Servicio cuenta).
En segundo lugar, cuando se leen cifras, y más en el caso de las correspondientes al empleo, siempre hay que fijarse en los datos desestacionalizados, y lo que dicen los datos desestacionalizados es que el paro en Septiembre no subió, al revés: bajó en 9.746 personas. Al igual que aumentó el número de inscritos en la Seguridad Social: 35.000 personas. (Lo de los datos desestacionalizados es muy curioso. Cuando son peores que los datos en bruto, los políticos tienden a ocultarlos, lo que no hacen cuando son mejores. En fin).
En tercer lugar hay que ver qué empleos se crearon y donde se crearon. Por ejemplo, el apartado ‘Educación’ creó 62.420 empleos, pero en Agosto había destruido 56.475. Y de los 1,8 millones de contratos de trabajo formalizados en Septiembre el 88% fueron temporales y el 12% indefinidos, lo que incluye a los a tiempo completo y a tiempo parcial.
En cuarto lugar es preciso tener muy presente que la cifra de un mes no indica absolutamente nada: en economía lo importante es la tendencia, y lo que muestra esa tendencia es que el desempleo de larga duración afectaba al 49% de los parados en el año 2000 y hoy afecta al 63%.
Y en quinto jamás hay que perder de vista la remuneración que por su trabajo percibe la población ocupada, y lo que indica la tendencia es que entre los años 2008 y 2014 la masa salarial total ha caído el 18%, algo que parcialmente explica que las estimaciones apunten a que el año en curso la Seguridad Social vaya a cerrar con un déficit de 20 mM€.
Ahora vuelvan a pensar en las cifras del desempleo de Septiembre.
De entrada una puntualización: la publicada es la tasa de desempleo registrado, es decir de las personas sin trabajo apuntadas en el SEPE, el Servicio Público de Empleo Estatal, y muchas de las personas que se inscriben lo hacen porque estar inscritas es condición sine qua non para percibir alguna contraprestación económica, razón por la que al finalizar el período de percepción dejan de renovar su registro y salen de las estadísticas del desempleo registrado, cosa que no sucede con la Encuesta de la Población Activa, la EPA. (El número de personas desempleadas que en España encuentra trabajo a través del SEPE es ridículo en comparación con Francia, y ello es debido a los recursos con los que el Servicio cuenta).
En segundo lugar, cuando se leen cifras, y más en el caso de las correspondientes al empleo, siempre hay que fijarse en los datos desestacionalizados, y lo que dicen los datos desestacionalizados es que el paro en Septiembre no subió, al revés: bajó en 9.746 personas. Al igual que aumentó el número de inscritos en la Seguridad Social: 35.000 personas. (Lo de los datos desestacionalizados es muy curioso. Cuando son peores que los datos en bruto, los políticos tienden a ocultarlos, lo que no hacen cuando son mejores. En fin).
En tercer lugar hay que ver qué empleos se crearon y donde se crearon. Por ejemplo, el apartado ‘Educación’ creó 62.420 empleos, pero en Agosto había destruido 56.475. Y de los 1,8 millones de contratos de trabajo formalizados en Septiembre el 88% fueron temporales y el 12% indefinidos, lo que incluye a los a tiempo completo y a tiempo parcial.
En cuarto lugar es preciso tener muy presente que la cifra de un mes no indica absolutamente nada: en economía lo importante es la tendencia, y lo que muestra esa tendencia es que el desempleo de larga duración afectaba al 49% de los parados en el año 2000 y hoy afecta al 63%.
Y en quinto jamás hay que perder de vista la remuneración que por su trabajo percibe la población ocupada, y lo que indica la tendencia es que entre los años 2008 y 2014 la masa salarial total ha caído el 18%, algo que parcialmente explica que las estimaciones apunten a que el año en curso la Seguridad Social vaya a cerrar con un déficit de 20 mM€.
Ahora vuelvan a pensar en las cifras del desempleo de Septiembre.
jueves, 1 de octubre de 2015
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Conmigo o contra mi. PEREZ REVERTE - septiembre 2013.
Un lector me preguntó el otro día por mi escepticismo político: mi falta de fe en el futuro y mi despego de esta casta parásita que nos gobierna, sólo comparable a la desconfianza que siento hacia nosotros los gobernados: sin víctimas fáciles no hay verdugos impunes. Siempre sostuve, porque así me lo dijeron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura. Que, incluso con urnas, nunca hay democracia sin votantes cultos y lúcidos. Y que los pueblos analfabetos nunca serán libres, pues su ignorancia y su abulia política los convierten en borregos propicios a cualquier esquilador astuto, a cualquier lobo hambriento, a cualquier manipulador malvado. También en torpes animales peligrosos para sí mismos. En lamentables suicidas sociales.
Hace dos largas décadas que escribo en esta página. También, en los últimos dos años, Twitter me ha permitido acercarme a lo más caliente de nuestro modo de respirar. Y no puedo decir que sea confortable. Inquieta el lugar en que una parte de los lectores españoles se sitúan: lo airado de sus reacciones, el odio sectario, la violenta simpleza -rara vez hay argumentos serios- que a menudo llegan a un desolador extremo de estolidez, cuando no de infamia y vileza. Cualquier asunto polémico se transforma en el acto, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el más elemental sentido común.
Destaca, significativa, la necesidad de encasillar. Si usted opina, por ejemplo, que a Manuel Azaña se le fue la República de las manos, no encontrará criterios serenos que comenten por qué se le fue o no se le fue, sino airadas reacciones que, tras mencionar el burdo lugar común de Hitler y Mussolini, acusarán al opinante de profranquista y antidemócrata. Y si, por poner otro ejemplo, menciona el papel que la Iglesia Católica tuvo en la represión de las libertades durante los últimos tres siglos de la historia de España, abundarán las voces calificándolo en el acto de anticatólico y progre de salón. Pondré un ejemplo personal: una vez, al ser interrogado sobre mi ideología, respondí que yo no tengo ideología porque tengo biblioteca. No pueden ustedes imaginar cómo llovieron, en el acto, las violentas acusaciones de que escurría el bulto «y no me mojaba». Y es que en España parece inconcebible que alguien no milite en algo y, en consecuencia, no odie cuanto quede fuera del territorio delimitado por ese algo. Reconocer un mérito al adversario es para nosotros impensable, como aceptar una crítica hacia algo propio. Porque se trata exactamente de eso: adversarios, bandos, sectas viscerales heredadas, asumidas sin análisis. Odios irreconciliables. Toda discrepancia te sitúa directamente en el bando enemigo. Sobre todo en materia de nacionalismos, religión o política, lo que no toleramos es la crítica, ni la independencia intelectual. O estás conmigo, o contra mí. O eres de mi gente -y mi gente es siempre la misma, como mi club de fútbol- o eres cómplice de la etiqueta que yo te ponga. Y cuanto digas queda automáticamente descalificado porque es agresión. Provocación. Crimen.
Qué fácil resulta entender, así, nuestra despiadada Guerra Civil. Si ahora no se dan delaciones y paseos por las cunetas, es sencillamente porque ya no se puede. Pero las ganas, el impulso, siguen ahí. Me pregunto muchas veces de dónde viene esa vileza, esa ansia de ver al adversario no vencido o convencido, sino exterminado. La falta de cultura no basta para explicarlo, pues otros pueblos tan incultos y maleducados como nosotros se respetan a sí mismos. Quizá esa Historia que casi nadie enseña en los colegios pueda explicarlo: ocho siglos de moros y cristianos, el peso de la Inquisición con sus delaciones y envidias, la infame calidad moral de reyes y gobernantes. Pero no estoy seguro. Esa saña que lo mismo se manifiesta en una discusión política que entre cuñados y hermanos en una cena de Navidad es tan española, tan nuestra, que me pregunto quién nos metió en la sangre su cochina simiente. Desde ese punto de vista, el español es por naturaleza un perfecto hijo de puta. Por eso necesitamos tanto lo que no tenemos: gobernantes lúcidos, sabios sin complejos que hablen a los españoles mirándonos a los ojos, sin mentir sobre nuestra naturaleza y asumiendo el coste político que eso significa. Dispuestos a decir: «Preparemos al niño español para que se defienda de sí mismo. Eduquémoslo para que conviva con el hijo de puta que siglos de reyes, obispos, mediocridad, envidia, corrupción, violencia, injusticia, le metieron dentro».
Hace dos largas décadas que escribo en esta página. También, en los últimos dos años, Twitter me ha permitido acercarme a lo más caliente de nuestro modo de respirar. Y no puedo decir que sea confortable. Inquieta el lugar en que una parte de los lectores españoles se sitúan: lo airado de sus reacciones, el odio sectario, la violenta simpleza -rara vez hay argumentos serios- que a menudo llegan a un desolador extremo de estolidez, cuando no de infamia y vileza. Cualquier asunto polémico se transforma en el acto, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el más elemental sentido común.
Destaca, significativa, la necesidad de encasillar. Si usted opina, por ejemplo, que a Manuel Azaña se le fue la República de las manos, no encontrará criterios serenos que comenten por qué se le fue o no se le fue, sino airadas reacciones que, tras mencionar el burdo lugar común de Hitler y Mussolini, acusarán al opinante de profranquista y antidemócrata. Y si, por poner otro ejemplo, menciona el papel que la Iglesia Católica tuvo en la represión de las libertades durante los últimos tres siglos de la historia de España, abundarán las voces calificándolo en el acto de anticatólico y progre de salón. Pondré un ejemplo personal: una vez, al ser interrogado sobre mi ideología, respondí que yo no tengo ideología porque tengo biblioteca. No pueden ustedes imaginar cómo llovieron, en el acto, las violentas acusaciones de que escurría el bulto «y no me mojaba». Y es que en España parece inconcebible que alguien no milite en algo y, en consecuencia, no odie cuanto quede fuera del territorio delimitado por ese algo. Reconocer un mérito al adversario es para nosotros impensable, como aceptar una crítica hacia algo propio. Porque se trata exactamente de eso: adversarios, bandos, sectas viscerales heredadas, asumidas sin análisis. Odios irreconciliables. Toda discrepancia te sitúa directamente en el bando enemigo. Sobre todo en materia de nacionalismos, religión o política, lo que no toleramos es la crítica, ni la independencia intelectual. O estás conmigo, o contra mí. O eres de mi gente -y mi gente es siempre la misma, como mi club de fútbol- o eres cómplice de la etiqueta que yo te ponga. Y cuanto digas queda automáticamente descalificado porque es agresión. Provocación. Crimen.
Qué fácil resulta entender, así, nuestra despiadada Guerra Civil. Si ahora no se dan delaciones y paseos por las cunetas, es sencillamente porque ya no se puede. Pero las ganas, el impulso, siguen ahí. Me pregunto muchas veces de dónde viene esa vileza, esa ansia de ver al adversario no vencido o convencido, sino exterminado. La falta de cultura no basta para explicarlo, pues otros pueblos tan incultos y maleducados como nosotros se respetan a sí mismos. Quizá esa Historia que casi nadie enseña en los colegios pueda explicarlo: ocho siglos de moros y cristianos, el peso de la Inquisición con sus delaciones y envidias, la infame calidad moral de reyes y gobernantes. Pero no estoy seguro. Esa saña que lo mismo se manifiesta en una discusión política que entre cuñados y hermanos en una cena de Navidad es tan española, tan nuestra, que me pregunto quién nos metió en la sangre su cochina simiente. Desde ese punto de vista, el español es por naturaleza un perfecto hijo de puta. Por eso necesitamos tanto lo que no tenemos: gobernantes lúcidos, sabios sin complejos que hablen a los españoles mirándonos a los ojos, sin mentir sobre nuestra naturaleza y asumiendo el coste político que eso significa. Dispuestos a decir: «Preparemos al niño español para que se defienda de sí mismo. Eduquémoslo para que conviva con el hijo de puta que siglos de reyes, obispos, mediocridad, envidia, corrupción, violencia, injusticia, le metieron dentro».
viernes, 19 de junio de 2015
Grecia- Emile Zolak (Vozpopuli).
La cuestión sería: ¿Y ante esta situación, que opina la ciudadania griega? Fueron los que los eligieron. En España, D. Mariano tuvo más suerte, se podrían haber adoptado otras medidas para reconducir la situación, y se decantó por la más abyecta, amoral, ilegal, corrupta y prevaricadora: La vulneración de los derechos económicos, sociales y laborales de la ciudadanía. ¡Y aún se andan preguntando del porqué esa misma ciudadanía, los trata como los está tratando electoral y socialmente! Da gracias que se trata de lacayos y súbditos, de tratarse de ciudadanos con dignidad, ya estaría "el peperío" en el exilio.
Los griegos dicen: No vamos a cumplir con los compromisos adquiridos, ¿Y? Tampoco Zapatero inició su mandato cumpliendo los contraidos por España. Claro que semejante chulería, la acabó pagando España y a todos los niveles. Hasta fue necesario que le "pusieran la pistola en la sien" aquel mayo de gloria, para que reacionara. Estábamos donde estábamos, y aun seguía negando la evidencia. ¿Qué habría pasado si "Tsipras ZP" hubiese iniciado las reformas allá por diciembre de 2006, que fue cuando oficialmente se enteró de que España entraba en territorio "griego"? Pues ya ves, semejante genocidio, le ha salido gratis.
Eso sí, suerte la de la UE, que en España la cosa iba a ir por los mismos derrotero incumplidores y fiscalizadores por parte de los "Tsipras nacionales", y éstos, no sólo no dicen que hay que pagar la deuda, sino que incluso se han olvidado de la matraca en la que asentaban sus primeras arengas.
Efectivamente, ¿por qué en Grecia se pueden seguir jubilando a los 52, y en España a los 67? ¿Moros, o cristianos? Casi que me quedo con lo de: cada pais tiene los lacayos, súbditos y gobiernos que se merecen mutuamente.
Los griegos dicen: No vamos a cumplir con los compromisos adquiridos, ¿Y? Tampoco Zapatero inició su mandato cumpliendo los contraidos por España. Claro que semejante chulería, la acabó pagando España y a todos los niveles. Hasta fue necesario que le "pusieran la pistola en la sien" aquel mayo de gloria, para que reacionara. Estábamos donde estábamos, y aun seguía negando la evidencia. ¿Qué habría pasado si "Tsipras ZP" hubiese iniciado las reformas allá por diciembre de 2006, que fue cuando oficialmente se enteró de que España entraba en territorio "griego"? Pues ya ves, semejante genocidio, le ha salido gratis.
Eso sí, suerte la de la UE, que en España la cosa iba a ir por los mismos derrotero incumplidores y fiscalizadores por parte de los "Tsipras nacionales", y éstos, no sólo no dicen que hay que pagar la deuda, sino que incluso se han olvidado de la matraca en la que asentaban sus primeras arengas.
Efectivamente, ¿por qué en Grecia se pueden seguir jubilando a los 52, y en España a los 67? ¿Moros, o cristianos? Casi que me quedo con lo de: cada pais tiene los lacayos, súbditos y gobiernos que se merecen mutuamente.
lunes, 11 de mayo de 2015
Bautismo
¡FUERA DE MI IGLESIA! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Tienen que verlo!!
Posted by Richie Castillo on Lunes, 30 de junio de 2014
martes, 5 de mayo de 2015
domingo, 26 de abril de 2015
sábado, 18 de abril de 2015
lunes, 23 de marzo de 2015
domingo, 22 de marzo de 2015
martes, 17 de marzo de 2015
lunes, 9 de febrero de 2015
domingo, 25 de enero de 2015
lunes, 12 de enero de 2015
domingo, 11 de enero de 2015
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