miércoles, 23 de octubre de 2024

Eisenhower, por cierto, dejó claro que la Guerra Fría no era un enfrentamiento contra un país (la Unión Soviética o Rusia), sino contra una ideología, «hostil, global en su alcance, atea en su carácter, despiadada en su propósito e insidiosa [o sea, maliciosa con apariencias inofensivas] en su método[6]», una de las mejores definiciones del comunismo nunca hecha. 

«Debemos protegernos contra la adquisición por parte del complejo militar-industrial de una influencia injustificada, ya sea buscada o no, pues existe hoy y persistirá en el futuro la posibilidad de un aumento inapropiado y desastroso de su poder. No podemos permitir que el peso de esta combinación ponga nunca en peligro nuestras libertades y nuestros procesos democráticos, y no debemos dar nada por sentado[7]».

De hecho, quizá el mayor obstáculo al que se enfrenta la población para comprender el estado de las cosas no es sólo su ignorancia de los hechos, promovida por la corrupción moral de los medios de comunicación, sino ante todo la imposibilidad de creer en la existencia del mal, algo que los yonquis del poder aprovechan continuamente.

https://www.fpcs.es/eeuu-en-la-encrucijada/

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