El rojerío se rasga las vestiduras con Trump pero, del mismo modo en que éste actúa en EEUU, lo hace Sánchez en España. Con autoritarismo, con soberbia y con revanchismo. El servilismo de Trump con Putin es comparable al que muestra Sánchez con Puigdemont, y el trato despectivo y supremacista que le da a Zelenski es el mismo que Sánchez le da a los líderes de la oposición, por poner un ejemplo. La diferencia es que Trump ama y dirige la nación más poderos del mundo, que le ha votado con una mayoría aplastante… y Sánchez es un tipo irrelevante, felón y mendaz, cercado por la corrupción de su partido y de su familia, que está vendiendo nuestro país al diablo a cambio de aguantar como sea unos meses más en el poder, a pesar de haber perdido las elecciones. Barbaridades protocolarias también son los pactos, los guiños y las fotos de Sánchez con Otegui y con Puigdemont, o los desplantes al Rey… lo que a nuestra izquierda sectaria y guerracivilista le produce orgasmos. 

Plácido López Torres

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