miércoles, 16 de julio de 2025

Lo que une esos dos mundos en apariencia contrapuestos, como el antihumanismo globalista de izquierdas y el islamismo, es su profundo odio a Occidente, a España y a la Cristiandad. En el caso de la progresía globalista hay una patología de autoodio, de desprecio a lo propio y todo lo que representamos. Lo que está en la raíz de esta furia es una incapacidad de superarlo, de mejorarlo por envidia y soberbia que solo puede sentirse calmada destruyendo todo aquello que no es capaz de crear. Saben que no pueden dominar lo que es superior a ellos.

Ante un estallido coordinado en forma de disturbios reaparece el germen de un conflicto. Con la multiculturalidad han traído la guerra a nuestras calles, muchas veces una guerra que viven los vecinos en soledad, con miedo a salir de casa, con miedo a volver al portal. La guerra latente no es civil, sino étnica entre dos grupos (foráneo y autóctono) que no pertenecen ni viven en la misma comunidad política al no tener las mismas normas, pero ocupan el mismo suelo de forma no pacífica. Hay que salvar España. La inmigración masiva es guerra. La islamización es guerra. La multiculturalidad es guerra. Una guerra contra el pueblo declarada por quienes nos gobiernan y traen a quienes nos odian. No es ideológico, es una guerra espiritual que vamos a ganar.

https://www.vozpopuli.com/opinion/ilegalizar-la-verdad.html

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