No sólo consiste en librarnos de Sánchez. Esto se da por supuesto. España necesita un desescombro total para comenzar una regeneración institucional, política, social y económica de gran calado. No un mero turnismo que acrecentará los males que venimos sufriendo desde hace décadas. El mero cambio Lampedusiano, epidérmico, terminará sepultando al Estado y con ello a la Nación.
De nosotros, los españoles, como pueblo, poco se puede esperar visto lo visto. Más que nunca necesitamos unas élites dirigentes que velen por el bien común. Y ni el señor Feijoo ni su partido, el PP lo harán.Esta afirmación tan contundente no obedece a una simple opinión sin ninguna base argumental.
España ya es una colonia de un proyecto burocrático, centralizado, y, profundamente contrario a las naciones. El Constituido por la UE. El Nuevo Orden Global que el señor Trump se dispone a combatir por segunda vez, no sé si salvará a los EE.UU, origen de este proceso de ingeniería social tan totalitario como distópico, pero de ninguna manera a España.
El orden globalista, en occidente, auspiciado por la UE, tiene un correlato: lo políticamente correcto, o sea, una nueva dictadura del pensamiento, un experimento de ingeniera social a la altura de lo creado por el comunismo. Es lo convenido en las tan nombradas "agendas".
Disolver la familia tradicional, negar la tendencia natural de los seres humanos de preferir a los suyos ante los extranjeros (cosa esta que no tiene nada de racista, o xenófoba, es algo programado a la especie), y que, contrario a lo que promueven los defensores de la nueva moral, dígase diversidad, ideología de género, feminismo desbocado y resentido, alarmismo climático y demás jerga , no produce ninguna armonía social, ni tampoco mejores sociedades.
Aunque la comparación es algo exagerada, no viene del todo mal: es una especie de Unión Soviética laxa, pero igualmente empeñada en imponer una visión de las cosas, una ideología y una ingeniería social. Y aquí tenemos un dirigente, Sánchez que representa esto y más. Y al acecho el señor Feijoo que sigue al dedillo las consignas que la corrupta burocracia Bruselense le ordena. A él y a la mayoría de las naciones europeas.
Si no se parte de estas coordenadas socio-políticas no se entiende nada. Solo queda toneladas de ingenuidad y buenos deseos. Los acérrimos enemigos de España están dentro, pero aún peores son los de "fuera".Una situación de una complejidad que produce escalofríos.
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