lunes, 4 de noviembre de 2024

Los mutuos reproches entre administraciones –esto es, entre partidos–, que han seguido a la tragedia de Valencia, nos avergüenzan a todos. Ni el más benevolente ignora que lo que está en juego no es el mejor o peor socorro a los miles de víctimas de una catástrofe natural con pocos precedentes. El sufrimiento ciudadano nada cuenta en los cálculos de los políticos. Cuenta el efecto que ese sufrimiento pueda tener sobre la distribución del voto. Lo que es lo mismo: sobre su porcentaje en la apropiación personal de los fondos públicos. La política en España se ha reducido a eso. Y nos hemos resignado. Tal vez, porque aquí nunca hemos conocido otra cosa.

https://www.eldebate.com/opinion/20241104/espana-estado-fallido_241502.html


Cuando un país consiente que un individuo que mintió y engañó a los votantes acceda a la presidencia del gobierno, haciendo todo lo contrario a lo que había asegurado durante su campaña electoral, puede ocurrir cualquier cosa, como hemos podido comprobar. Ahora vienen los lamentos y las culpas.

No hay comentarios: