martes, 25 de febrero de 2025

España, desde la pérdida de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, no ha participado en guerras contra otros países, y se ha empeñado en combatirse a sí misma, dejando un poso de amargura y complejo en muchos españoles que han confundido una derrota —que fue la victoria contra el comunismo—, con el odio hacia quienes tuvieron el detalle de luchar y morir por ella en el demencial siglo XX. De ahí, que la izquierda francesa sea patriótica, la italiana patriótica, la portuguesa patriótica y la española, antiespañola. No es casualidad que el socialismo-comunista imperante hoy en España gobierne con el separatismo catalán, el terrorismo etarra de las Vascongadas —el territorio europeo con más privilegios económicos—, y con el sarpullido de mangantes que nos avergüenzan día tras día. Y que, para haber llegado hasta aquí, hayan sido muchos los errores y los tontos del otro lado los que han contribuido al desbarajuste y la ignominia actual. Porque en España, y muy especialmente en los últimos años, no hemos sido gobernados, sino atracados y empobrecidos por auténticos ladrones, vividores, sinvergüenzas o simplemente, estúpidos. Y creo que estoy escribiendo como un español.

Nadie como Antonio Mingote ha dibujado a los españoles de los últimos años. Y lo resume en un dibujo de ABC. Una pareja comenta de los hijos de unos amigos o conocidos. Españoles puros. «Su hijo mayor sostiene que todos los corruptos son de izquierdas; El segundo, que sólo hay corrupción en la derecha, y tienen un tercer hijo que también es gilipollas».

https://www.eldebate.com/opinion/20250225/como-siempre-acerto_273229.html

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