lunes, 10 de febrero de 2025

MANUEL MARIN 2

En una monografía publicada por la Universidad Católica de Chile con el título “La trayectoria del poder: del abuso al ocaso de la autoridad”, su autor, Eduardo Valenzuela, defiende la teoría de que “el abuso de poder se produce casi siempre cuando ese poder es capaz de sustraerse de todo control, cualquiera sea. El fundamento carismático del que se dotan determinadas autoridades conlleva este riesgo principal. El líder carismático logra hacer creer que su poder proviene de sí mismo, ni siquiera de una autoridad superior a la que se debe reportar (…). El carisma y las formas excepcionales de practicar el poder -añade- suelen ser más abusivas que las maneras más rutinarias de ejercerlo como la autoridad tradicional que se guía por lo que se acostumbra o por aquella fundada y enmarcada dentro de la ley. El carisma es una forma de exacerbar el poder. La tradición y la ley, una manera de limitarlo”.

De inquietante, la conclusión de nuestra monografía chilena resulta premonitoria. “El poder es astuto, no suele ejercerse despiadadamente. Las peores formas de abuso de poder son aquellas que atraen y fascinan a sus víctimas. El poder siempre consiste en capturar la libertad de otro. Por de pronto, el poder es necesario para hacer que otro haga lo que no quiere hacer, lo que establece la remisión del poder a la coacción”.

https://www.vozpopuli.com/opinion/que-por-que-no-ocurre-nada.html

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