Palabras

El periodo de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de EXPAÑA, estuvo marcado por una combinación de estabilidad económica relativa y una profunda crisis institucional. Su gestión económica se centró en la austeridad y en la implementación de reformas estructurales impuestas en gran parte por la crisis financiera y las exigencias de la Unión Europea. Bajo su gobierno, España salió de la recesión, época de Zapatero, y se inició una recuperación económica, aunque con un alto costo social, reflejado en el aumento de la desigualdad y la precarización del empleo.

Sin embargo, su mandato estuvo ensombrecido por varios factores. Primero, la corrupción dentro del Partido Popular, caso Gürtel y la moción de censura que lo desalojó del poder dañó su credibilidad y reforzó la percepción de una política desconectada de la ética. Segundo, su gestión del desafío independentista en Cataluña fue caracterizada por la inacción inicial y luego por una respuesta judicial y policial que polarizó aún más la situación. Su aplicación del artículo 155 de la Constitución marcó un precedente, pero su falta de iniciativa política dejó el problema catalán sin resolver, alimentando la narrativa victimista del independentismo.

Su estilo de liderazgo, basado en la pasividad y en evitar conflictos, fue tanto su fortaleza como su debilidad. Le permitió resistir en momentos difíciles, pero también hizo que su gobierno pareciera reactivo en lugar de proactivo. Su legado es, en muchos aspectos, el de un gestor pragmático que estabilizó la economía, pero que no afrontó con decisión las transformaciones necesarias para regenerar la política y fortalecer la cohesión territorial de EXPAÑA.

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