PALABRAS.-
EXPAÑA no es hoy una nación soberana. Hace tiempo que dejó de serlo, reducida a un peón dentro del tablero globalista, obediente a los dictados de la Unión Europea y de poderes supranacionales que imponen sus normas sin resistencia. No se trata de errores, ni de simples concesiones políticas: es un proceso meticulosamente diseñado, donde cada paso responde a un plan preconcebido.
A la par, el pueblo ha sido adocenado a través de un sistema educativo que no forma ciudadanos, sino individuos acríticos, carentes de raíces y referencias históricas. La enseñanza se ha vaciado de contenido, reducida a consignas simplistas, a ideologías de usar y tirar, a una cultura del entretenimiento que sustituye el pensamiento por la distracción. Un pueblo culto es un pueblo difícil de someter, y por eso se ha optado por la ignorancia programada como herramienta de control.
La economía no es un refugio de soberanía, sino otra cadena. EXPAÑA está atada de pies y manos por normativas impuestas desde Bruselas, por una deuda que la hace rehén de sus acreedores, por un sistema productivo cada vez más dependiente del exterior. El país ya no decide su destino, lo ejecuta conforme a las directrices que otros escriben.
Pregunta de rigor: ¿quién defiende a EXPAÑA?, los que no se resignan, los que piensan, los que resisten y, sobre todo, los que recuerdan. Porque la memoria es el primer bastión de la soberanía, y quien la pierde, lo pierde todo.
https://www.eldebate.com/opinion/20250305/traicion-espana_275795.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario